12.25.2008

capitulo 3 -parte 2-.

El joven novato se llamaba Jacinto; en realidad no era tan novato, llevaba manejando trailers desde hacía dos años; y ya acompañaba a su padre trailero en sus viajes desde niño. Sabía cuando hablar, y mantener una conversación por horas; y sabía cuando estar callado, durante horas también. Manejaba muy rápido para mi gusto; pero a su favor, lo hacía bien y sin correr riesgos estúpidos. De inmediato comprendió de que se trataba todo esto, y se lo tomó con calma. Ni siquiera me preguntó acerca de dinero, de cuanto nos iba a tocar por arriesgar el pellejo. Parecía que con solo contar con la confianza y la gracía del Patrón el se daba por bien servido.
La ligereza de Jacinto me hizo darme cuenta que todo esto no era para tanto después de todo. El Patrón ya había controlado el monopolio transportista por un buen rato, tenía ya mucho dinero, y la verdad ya debería pensar en retirarse en vez de aferrarse tanto, por que los años no pasan en balde.

En todo esto pensaba yo durante el trayecto, hasta que recordé que no importaba lo que yo creyera acerca del Patrón. Se me había asignado un trabajo, y era mi deber cumplirlo cabalmente. Debía llegar al fondo de esto; y entre más rápido, mejor. Por eso es bueno que este cabrón maneje rápido y con buenos reflejos.

Después de una serie de curvas que marearían hasta al más experimentado, casi oculto entre la roca viva de un cerro se encontraba “el Paradero” de Doña Berta. Justo a la entrada de un pueblito sórdido que vivía de sus Hoteles de paso, sus tiendas con licoreria,sus farmacias, mercados, y sus refaccionarias, y talleres mecánicos.

Esperamos a Doña Berta unos diez minutos, pues había salido a hacer ciertas diligencias. Mientras la esperabamos desayunamos. Al llegar, Doña Berta se disculpó con nosotros, y nos ofreció más tortillas y más café para nuestro desayuno. Debo admitir que la comida no era tan mala a como yo la recordaba. Tal como en su fotografía, Doña Berta traía encima un chal tejido de color gris. Pero al contrario de la engañosa fotografía se le veía más vivaz y más ágil de lo que uno deduciría al ver dicha imagen, donde aparecía con un rostro avejetado y achacoso. Nos preguntó directamente sobre la situación, mientras yo me comía un taco de huevo con chorizo. Era de suponer que ya estaba bastante informada. Le pasé los expedientes que me dio el Patrón, y ella los leyó cuidadosamente; entre tanto soltaba una que otra risita, y nos daba pormenores de los traileros ahí expuestos.

- “No, pues estamos fregados”- dijó al concluir su lectura, y arrojó los folders a la mesa manchada de aceite, grasa, gotas de café, y de jugo de naranja. - “Nos están dando a puro pendejo. Y no lo digo por ustedes dos. Que no es por que estén presentes; sino que yo conozco a este chamaco, y se que no se anda con tonteras, y es derecho; y a ti te conozco poco, pero igual, se que eres de los pocos confiables, y que haces bién tu trabajo”. -Tomó un sorbo de su café, y después sirvió algo de tequila en la taza; la meneo un poco para que se mezclaran bién el tequila y el café.
-“¿Quieres?” -me mostro una botella rústica y sín etíqueta, para rápidamente servirme algo de un muy buen tequila en mi taza con café sin esperar siquiera mi respuesta. Parece ser que ya conocía bien mi gusto por la bebida. - “A ti no te doy por que vas manejando” . -le dijo a Jacinto. “Pues miren, yo creo que esto mejor lo vamos organizando entre nosotros tres. Estos que nos recomienda el Patrón son puro chafa. Uno que otro nos ayudara. Pero yo no me confiaría mucho. Te voy a decir algo Ponchito...
-¿Dígame Doña Berta?
-Estos ojaldras, los asaltantes, y los que organizan todo esto, están en el DF, son chilangos, te lo aseguro; o por lo menos se mueven entre el DF y el Estado (de México).
-Pues debe ser...¿por que tan segura?
-¡Oh! Yo ya he estado haciendo mis averiguaciones. Y ya hasta te tengo nombre y apellido.
-¿Como Doña Berta, así de efectiva es usted?
-¡Así de chingona! -se jactó soltando una sonora carcajada que terminó de despertar a los adormilados comensales ahí presentes, y que , como si de una señal se tratara, reactivó el barullo que se traían en la cocina sus allegadas. Desde esa olorosa y oculta cocina, una voz femenina se contagió de su risa, y pareció hacerle eco.
-Mira Ponchito, estos cabezones están palanca, con la policía y con las autoridades, con los federales de camino. Mira, para acabar pronto, es un negocio donde están involucrados un gobernador, y un caca grande de allá del gobierno del DF. Así esta la cosa: se chingan los trailers en este y en otros Estados; y se tapan entre ellos, por que son autoridad. Sus peones son los pinches federales, y las policías municipales de cada lugar; en realidad solo uno que otro trailero está involucrado. Por eso está de más investigar entre los traileros. Nos vamos a tener que ir más pa´ arriba.

- No pues si está medio cabrón eso que me cuenta.
-Si, esta canijo, por que estamos hablando, ahora si que de los “intocables”. Más fácil nos chingan ellos a nosotros, que nosotros a ellos, ¿me explico? Pero pues no estamos tan perdidos tampoco. Si el Patrón, pues por legitimo derecho, quiere que le demos nombres y señas, pues se las damos. Y ya el sabrá como nos quitamos esta plaga de encima; por que no creas, nos pega a todos. Así, de entrada, mi clientela y mis ganancias han disminuido bastante. Pues como no, si traen asoleados a todos los traileros. Y me los andan tronando así como así. Pobrecitos -Doña Berta parecio conmoverse;recordar algo cercano.- Pues no, no se vale. Esta muy injusto esto, y muy feo mijo. Pero ya también se por que lado se les puede pegar.
-¿Ah sí?
-Pues por donde siempre, por el lado del vicio. Te voy a dar una dirección y un teléfono allá en el DF, ve y pregunta por allá; y luego ve con el Patrón, el va a entender de que se trata todo esto; digo, es solo un plan para enterarnos más acerca de lo que piensa el enemigo.

Apesar de las noticias que revelaban que "el enemigo" era poderoso, salí de ahí con el hambre y la curiosidad ya satisfechas. Doña Berta lo tenía muy claro. Ahora era cuestión de obtener información especifica de los sujetos involucrados. Había que regresar al "Defectuoso". Había que moverse rápido. Pisarles los talones antes que ellos nos pisaran los talones a nosotros, y nos asestaran un fuerte golpe en la nuca.

No hay comentarios: